La sensación de que es inútil, o que su vida no tiene más sentido, o que su tiempo ha pasado ha hecho que millones de personas que sienten la depresión horrible. Quién se ve afectado por este mal, se pierde la alegría de vivir. Confieso que he tenido en mi vida cuando yo lo sentía. Pero en períodos de mi vida que estoy en comunión con Dios todos los días hablando con él, manteniendo una relación de amistad con nuestro Padre Celestial, mi alegría de viver ha aumentado. Hoy, después de ir y venir, en busca de guardería para mi alma, rezar, hacer el bien a los demás, cosas como estas son antídotos contra la depresión. (Para Valdemir Mota de Menezes, el escriba)
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